Hoy es uno de esos días en que uno sólo espera que alguien le diga algo bonito, algo que le saque de sus decepciones circulares, de una historia de amor pasada de rosca o de la inquietud de esperar sentado un cambio de viento.
Porque a veces resulta agotador tratar de ser tan fuerte y saber las pocas probabilidades de que este jueves nos deje un final de cine entre las sábanas.