Verá, mi pequeña Amèlie, usted no tiene los huesos de cristal, podrá soportar los golpes de la vida, si deja pasar esta oportunidad con el tiempo su corazón se volverá seco y frágil como mi esqueleto.
¿A qué espera? Ande, vaya a por él.
martes, 3 de febrero de 2009
Llévame a ver salir el sol desde todos los portales de la luna.