Lo dijo Benigni:

"No hay nada más necesario que lo superfluo".

viernes, 30 de diciembre de 2011

Recovecos.




Durante un período de mi vida, no sé si largo o corto, pasó algo que quizá sea lo que me hace ser como soy. Sé que todo lo que nos pasa durante nuestra vida es lo que nos hace ser como somos, pero yo no me refiero a eso.
¿Qué habría pasado conmigo si aquello no hubiera ocurrido?
Cuando algo no sale como yo espero, cuando me esfuerzo en algo que no consigo, cuando alguien me decepciona, o incluso cuando soy yo la que fallo, hay algo que me oprime fuerte el pecho y hace que me cueste respirar con normalidad, que me da ganas de llorar y a la vez me impide hacerlo, que me deja en blanco y no me deja ni siquiera huir.
Siempre reacciono igual en situaciones difíciles, algo me paraliza, me impide irme, me rompe la voz apretando mi garganta, hay algo que no me deja ser.
Esa es mi defensa, miro al suelo y callo mis ganas de gritar.
¿Puede algo marcarte de una manera tan letal que haga que no sepas sentir la alegría que sienten los demás tal y como ellos la sienten?
Quizá ahora escucharía otra música, no elegiría los días de lluvia para pasear por la ciudad, y no vestiría con los colores del otoño.
Quizá ahora sabría sentirme bien cuando las cosas van bien, y no esta mierda de inconformismo constante, de no saber qué busco ni a quién.
Supongo que todos pensamos en las cosas que serían diferentes si hubiésemos tomado otra decisión en un momento determinado, pero yo no hablo de eso, yo hablo de qué cosas serían diferentes si aquello que no elegí no hubiera pasado nunca.
Hablo de que me cambió la manera de sentir, de hablar, de sonreír, de tocar, y hasta de mirar, y que yo no lo escogí.
Yo nunca habría tomado aquel desvío.



Volveré a existir, es una intuición.
El tipo duro no se mata,  sobrevive,  y ése soy yo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Lisboa.



Durante un tiempo me creí capaz de todo, pero me equivoqué.
Ni siquiera pude tomarme aquel café sin ti, aunque fuese en otro país, aunque oliese a otra gente.
Me creí capaz de todo, y ya ni siquiera me acuerdo de cómo volar, ni de cómo llover.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Hoy te he vuelto a recordar.



Su acento era milagro. 
Los besos siguientes fueron "hoy quédate". Y me quedé parada en el tiempo.








Te veo en cada gaviota, aunque no sepa si hay mar.

lunes, 24 de octubre de 2011




















Te podría decir que también intenté comprenderte, y aprendí que tu forma de odiarme eran solo las ganas de verme.
Te podría decir que mañana veremos el modo de aprender a quedarme contigo o aprender a marcharme del todo.

martes, 11 de octubre de 2011

Tu coartada.



Ya probé la hiel por ti, paré las balas, puse alas al colchón.
Inventé comedias, farsas, bailes, ferias, fui la noria y el ratón.
Úsame sin miedo, úsame, tu escudo humano, tu perro extraño guardián.

Búscame
sin miedo, búscame, tu escudo humano, tu excusa para soñar.








viernes, 30 de septiembre de 2011

miércoles, 28 de septiembre de 2011



Hasta aquí­ llegó el ritual de enfados y canibalismo estúpido.
Son demasiadas horas en vela y nada que decir.

Putas ganas de seguir el show.







He malvendido mi identidad, ¿quién va a humillarse con mi intensidad?

miércoles, 27 de julio de 2011






Procrastinar vuelve a ser la ocupación perfecta si no puedo chupar tu corazón.


jueves, 21 de julio de 2011

lunes, 18 de abril de 2011

Qué andarás haciendo.



Qué andarás haciendo ahora, hecha una madeja en el sillón, dibujando constelaciones en los huecos de los cuadros que aún faltan por colgar.
Qué andarás haciendo ahora, apagando las luces del salón, probándote quizá un vestido nuevo, planeando una huída.
Qué andarás haciendo ahora, cansada viendo la televisión, guardando mi paz y mis retratos, la costumbre de dormir al lado izquierdo.

lunes, 14 de febrero de 2011

Danser sous la neige.



Son tus manos las que me sujetan para que pueda hundirme en tu pecho, a la izquierda de todo.
No puedo entender que a pesar de todos mis todos y de todos mis nuncas sigas aquí.
Y puedo cerrar los ojos sabiendo que después de toda esta sangre, y de estos miedos estarás tú,
bailando sobre la lluvia, sosteniéndome como una nota caída en mitad de un pentagrama.
Y no puedo entender que me prefieras así, despistada y perdida, buscándome siempre,
más borracha que viva, y que me des un beso en la cabeza y juegues a hacer garabatos con mi pelo.
Y yo así, tan despeinada como tú me dejas, apeada de cualquier cosa que no sea el azar del siguiente minuto,
que me quieras de esta manera y no disimules mis nudos contra el mundo.
Y en lugar de eso sigas besándome las heridas.
Y que te sientes siempre en cada esquina, conmigo, mirándome como si este lunes tuviera un sentido que yo no le puedo dar.
Y me digas que da igual, que este camino va a medias.



Y que usted lo baile bonito, conmigo siempre pisándote los pies.

viernes, 28 de enero de 2011



En este mismo instante hay en el mundo noventa y siete personas atrapadas en ascensores, se han vendido doscientos cuarenta y cinco vestidos de alta costura de la próxima temporada, ocho pulmones han sido trasplantados en distintos hospitales, se han talado treinta y seis hectáreas de bosque tropical, han nacido cuatro mil setecientos ochenta y tres niños, de los que un pequeño porcentaje son pelirrojos, nieva en una veintena de capitales, y más de treinta millones de personas están haciendo el amor. Y en este mismo instante, que ya ha pasado porque tan sólo era un jodido e insignificante instante, me hubiera gustado que estuvieras aquí.