Lo dijo Benigni:

"No hay nada más necesario que lo superfluo".

viernes, 14 de agosto de 2009

Báilame el agua.


Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Hazme sufrir.
Ponme a secar como un trapo mojado.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos, pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Píllate los dedos, los lameré hasta que no sepan a miel.
Te invito a un café.
Caliente, claro.
Y sin azúcar... sin aliento.

2 comentarios:

  1. "Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos." que lindo! :D

    ResponderEliminar
  2. es que ese poema es precioso, y david más aun (que soy yo :D)

    Ya sabes Lore, "úntame de amor y otras fragancias de tu jardin secreto".
    Y sácame de quicio las veces que hagan falta.
    Tengo ganas de verte.
    Y me debes una hora todavia...

    Te quiero.

    ResponderEliminar